
Hoy sábado, 25 de agosto, la compañía Los Ulen recibe en Manzanares el Premio Escena del Festival Internacional de Teatro Contemporáneo ‘Lazarillo’ en reconocimiento a su trayectoria profesional. El actor Paco Tous fue uno de los miembros fundadores de esta compañía, que en 2007 celebra su vigésimo aniversario con la puesta en escena de su último proyecto, “Cum Laude”.
—Los Ulen cumplen en 2007 veinte años. Se están ustedes haciendo mayores.
—No, es que empezamos muy jóvenes. Somos muy jovencitos, no nos digas viejos nada más empezar la entrevista. Empezamos a muy tierna edad en el Instituto del Teatro. Pero sí, el tiempo pasa muy rápido, pero yo espero pasar otros veinte años más.
—¿Qué recuerda de sus inicios en el mundo del teatro?
—Recuerdo siempre a mi maestro, Friedhelm Grübe (Fli), que se nos fue en un accidente de tráfico cuando íbamos de gira a Valencia. Su forma de hablar, su forma de estar, sus clases, lo que nos enseñó, lo loco que estaba... Eso es lo que recuerdo yo del teatro, locura, la locura de Friedhelm.
—Y de lo que les enseñó el maestro, ¿qué mantienen hoy en sus obras?
—Yo no sé si era muy lícito o si es lícito, pero no me importaba, siempre se lo decía a él mismo: tío, yo te imito, lo que pasa es que soy más bajito y más moreno (él era un alemán rubio y medía casi dos metros). Muchos de los ensayos que hacemos, cuando nos ponemos a crear, casi todos los días sale la pregunta: ¿qué haría Friedhelm aquí? Yo, a nivel de interpretación, muchas veces aún me recuerdo, cuando me muevo, cuando quiero decir algo, me recuerdo a él.
—Para celebrar el vigésimo aniversario de la compañía han estrenado un nuevo proyecto, “Cum Laude”. ¿Con qué se va a encontrar el público que vaya verles al teatro?
—Va a ver una vuelta a los orígenes de Los Ulen, que pasamos por varios procesos de creación... Un humor directo, un humor que va hacer evocar a la gente el recuerdo de la escuela. El objetivo es que el público se vea a él mismo en la escuela o que recuerden a un maestro. Entonces, somos cuatro actores que hacemos a cuatro alumnos y a cuatro profesores. La palabra denuncia es un poco extraña, pero nuestra labor, la labor del cómico es de denuncia y espejo social. Y de alguna forma, basándonos en nuestra memoria de nuestros colegios, plasmamos algunos déficits de educación que tuvimos.
Los Ulen nos planteamos una pregunta siempre que empezamos a crear un espectáculo y la pregunta es si la educación que nos han dado nos ha hecho mejores hombres y mujeres y sobre eso hemos trabajado. Todo esto parece muy serio, pero la gente se va a partir el culo.
—”Cum Laude” es el undécimo trabajo de Los Ulen. ¿Tiene alguno preferido o se les quiere a todos igual como a los hijos?
—A todos se les quiere igual, pero para nosotros hay uno más especial en el que estuvimos saliendo un poco de aquella crisis que te acabo de contar (la muerte de Fli) y que es el encuentro de Pepe Quero, Maite Sandoval y yo en “Maná-maná”. Fue una cosa muy descarnada, nos pusimos al borde de la pobreza total, de la indigencia. Lo mismo que en “Cum Laude” nos hemos puesto al borde de la educación, a ver qué nos pasa, qué queremos contar, qué queremos decir... igual lo hicimos con la pobreza. Es un espectáculo al que le tengo un gran cariño.
—Este sábado actúan en Manzanares. ¿Qué opinión le merece el Festival Internacional de Teatro Contemporáneo ‘Lazarillo’?
—Lo que es digno de alabar es la continuidad y la calidad que está ofreciendo. Es un aplauso que les doy a nivel de continuidad y de que den calidad. Así se hace público de teatro.
—Además van a recibir el Premio Escena. Un nuevo reconocimiento.
—Muy contentos. Llegar a los veinte años para mí es el éxito, ese es el premio. Pero si además te lo reconocen pues te sientes muy satisfecho, porque has llegado, has tocado la célula sensible del público...
—Y no es fácil mantenerse tantos años.
—No es fácil. Es como los aparatos eléctricos de ahora, que te los compras y tienen la duración de tres o seis meses, pero además es que te lo dicen los técnicos. No como aquellos aparatos de antes. Con eso lo que te quiero decir es que no hacemos espectáculos para hoy nada más, la compañía tiene desde el principio una filosofía de trabajo, un entendimiento, unas ganas de comunicar, un decir algo. Y entonces yo creo que eso es lo que mantiene, no sólo el afán de mi creatividad porque sí. Mi creatividad porque sí, por supuesto, pero además creación de empresas, de puestos de trabajo, entrar en el mercado, competir en ese mercado (dar un producto de calidad y con peso).
Es decir, no sólo porque yo soy muy divertido y muy gracioso, sino porque el espectáculo vale, la compañía vale, porque hay que creer en eso. Y en las compañías independientes lo que pasa es que tenemos el éxito a muy largo plazo.
—El 2007, a nivel profesional, está siendo un gran año para Paco Tous con el reconocimiento a los veinte años de Los Ulen, “Cum Laude” y, sobre todo, con su papel del inspector Miranda en la serie de televisión “Los hombres de Paco”. ¿Siente que este año se ha coronado?
—(Risas). Yo, como dice un amigo flamenco, ni este es el mejor año ni el último, y así lo espero. Estoy muy satisfecho también de “Los hombres de Paco”, del trabajo que hago allí y del reconocimiento que también se tiene a esa serie. Pero ya te digo, ni es el último ni es el mejor. Hay que seguir para adelante.
—Aparte de teatro y televisión también ha hecho cine. ¿En qué disciplina se encuentra más a gusto? ¿Cuál prefiere?
—Esa pregunta es un poco tendenciosa. Me explico. Algunos compañeros piensan que la televisión es para sacar dinero y entonces la calidad no importa. Y ahora mismo que estoy haciendo esto (“Los hombres de Paco”) el que piense así no vale un duro. Personalmente, el cinco y acción, que es lo que se dice en televisión, o salir de una caja de un teatro, a nivel esencial, como actor, es lo mismo. Yo tengo que hacerlo siempre lo mejor que pueda. Lo único grave es que en el teatro se gana muchísimo menos dinero y no es justo. Creo que el actor, en esencia, es actor en los tres medios.
—¿Qué proyectos tiene en ciernes?
—Volvemos con “Los hombres de Paco”, estamos con “Cum Laude”, que hace que vea menos a mi familia, y luego con Los Ulen es que no paramos, siempre hay una velita encendida en la cabeza de nosotros, para ver cuál es el próximo proyecto. Y estamos en ello, al borde de qué nos ponemos y qué queremos contar.
—Adelántenos algo de la próxima temporada de “Los hombres de Paco”.
—No tengo ni idea. La verdad es que no tengo ni idea de qué puede pasar. No sé que va a pasar con Lola y conmigo, no sé que va a pasar con la niña y Lucas...
—Hay muchos frentes abiertos...
—Sí, hay muchos frentes abiertos. Yo lo que sí espero, y creo que eso lo tienen claro, es que siga ese humor español con tintes negros, que recuerda un poco al cine español antiguo con esos pedazos de cómicos como el mismo padre de Adriana Ozores. Ese recuerdo a esos cómicos que están un poco maltratados. Me gustaría que siga por ahí, con ese humor entre negro y tierno y muy español.
—Con tanto trabajo le quedará muy poco tiempo libre. ¿A qué lo dedica?
—A mi familia. Aparte de que es lo que deseo y lo que quiero y con la gente con la que me gusta estar, porque es mi obligación y porque a lo largo del año le dedico poco tiempo y entonces en mi tiempo de descanso necesito estar con ellos. En cuanto a las aficiones, me gusta mucho mirar por el objetivo de la cámara de fotos, montarme en un barco y hacer de grumete, limpiar el barco y cocinar. Y comer, me encanta.
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